jueves, 9 de mayo de 2013


  • Desintegracion Familiar Y Rendimiento Academico
    CAPÍTULO I PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN 1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. La desintegración familiar es asumida como el rompimiento de la unidad o quiebra en los roles de sus integrantes, por su incapacidad de desempeñarlos en forma consciente y obligatoria. Una desintegración
    22532 Palabras 91 Páginas
  • Desintegracion Familiar
    ÍNDICE PÁGINAS INTRODUCCIÓN CAPÍTULO I 1 MARCO CONCEPTUAL 6 1.1 Antecedentes 6 1.2 Importancia de la Investigación 7 1.3 Planteamiento del problema 8 1.4 Alcance y límites de la Investigación 8 1.4.1 Alcance de la Investigación 8 1.4.2 Límites de la Investigación 8 CAPÍTULO II
    12908 Palabras 52 Páginas
  • Desintegracion Familiar
    Introducción La presente investigación, es un estudio realizado para determinar si la desintegración familiar tiene incidencia en el rendimiento escolar de los alumnos. La motivación para realizar este trabajo, surgió a consecuencia de la observación y convivencia diaria con alumnos de nivel

miércoles, 1 de mayo de 2013


ARTICULO SOBRE LA DESINTEGRACIÓN FAMILIAR


DESINTEGRACIÓN FAMILIAR
La desintegración familiar constituye una modalidad de desintegración la cual es rompimiento de la unidad o la quiebra en los roles de sus integrantes, por su incapacidad de desempeñarlas en forma consiente y obligatoria, una desintegración familiar es el producto del quebrantamiento de la unidad o insatisfacción de las necesidades primarias que requieren sus miembros.

Guatemala ha experimentado un significativo de cambios en esa vida familiar en las formas de vida, tendencias notables incluyen una incidencia creciente de madres solteras y mujeres como jefas de hogar, esto asociado con los niveles decrecientes de matrimonios, el aumento de nacimientos fuera de matrimonios, tasas altas de divorcios, separaciones de común acuerdo, inclusión de la mujer en trabajos que eran exclusivos para hombres y así ganarse el sustento diario de la familia, procesos simulares han sido notados en otras partes del continente americano.

Las formas de desintegración

Existen diversos tipos de desintegración, los cuales se muestran en los puntos siguientes:

• Abandono: se da cuando alguno de los padres decide dejar el hogar, debido a que no se siente feliz y tiene otras expectativas de la vida o porque el ambiente esta muy tenso, predomina la discordia y n hay armonía por lo cual no pueden seguir juntos y tampoco por el supuesto bien de los hijos, y que los daña mucho más.

• Divorcio: se a definido por el vinculo familiar que se rompe en la pareja, ya sea por decisión de algunos de ellos o decisión común acuerdo; para divorciarse ahí que presentarse frente a las autoridades de Registro civil, encargado de dictaminar en que termino se disolverá la unión y los derechos u obligaciones que cada uno de los padres tendrá con los hijos si hubiese.

• Abandono involuntario: se da cuando alguno de los padres por enfermedad o muerte deja el hogar, es decir no es decido y es inevitable. Los efectos causados en los niños por este tipo de desintegración so diferentes a los de las otras formas; en los hijos barones de seis a nueve años de edad la muerte de sus padres se le crea un aspecto negativo mayor, pero de menor intensidad comparados a los del divorcio o abandono.

• Desintegración Familiar estando la familia junta: estos casos se caracterizan por las relaciones conflictivas que establecen sus miembros, dando origen a recelos, temores y fricciones permanentes. Frecuentemente ese tipo de familias son incapaces de planear y realizar tareas, y resolver los problemas juntos; expresan conflictos extremos que no tienen la habilidad de comunicarse con el resto de la familia, lo cual priva al niño de un ambiente armonioso y estable, brindándole una atmósfera hostil que obstaculizará su crecimiento psicológico. En la matrimonio infeliz, que solo dañara la autoestima de los esposos y de los hijos.


LA DESINTEGRACIÓN FAMILIAR. Hogar, Pareja y Procreación

 Imágenes y vivencias familiares

Una interesante línea de reflexión para comprender las dinámicas familiares de la actual juventud y, especialmente, la eficacia de la institución familiar durante el tránsito de los jóvenes hacia la vida adulta, la proporciona el tratamiento de aquellos aspectos asociados a la subjetividad, la valoración y, en general, al modo en que se configura la familia en la estructura simbólica de la juventud venezolana. Al respecto, cobra importancia fundamental el juicio que, sobre el presente y el porvenir de la familia, sobre su fortaleza y sus debilidades, han venido elaborando los jóvenes venezolanos. Los resultados de JUVENECEN han permitido establecer que, sólo en una exigua minoría de jóvenes (3.9%/156.561) existen imágenes en las que la familia aparece como una institución en proceso de fortalecimiento. De acuerdo con dicha opinión, podría decirse que sólo este pequeño grupo juzga con optimismo la vitalidad de la institución familiar y reconoce, con absoluta claridad, posibilidades reales de proyectar su existencia hacia el futuro.

Aparee otro grupo de jóvenes que, si bien no aprecia en la Familia fortalezas y recursos incrementados en el presente y el porvenir, estiman, sin embargo, que la perdurabilidad de la institución familiar se mantiene semejante entre las generaciones del pasado y las del presente. No obstante, el conjunto de estos jóvenes que juzgan a la institución familiar como ajena a cambios de cualquier signo, y para quienes, por tanto “se mantiene igual”, apenas alcanza una cifra del 16.6% (666.912). al agregar, entonces, este porcentaje de los jóvenes que creen que la institución familiar no experimenta modificaciones en el tiempo, al conformado por aquellos que reconocen en su seno el incremento de energías y potencialidades, se conforma una cifra que sólo alcanza una quinta parte de los jóvenes, mientras que cerca del 80% restante (78.5% / 3.159.887) considera que la institución familiar, en sus actuales condiciones, tiene seriamente comprometida su perdurabilidad. En efecto, ocho (8) de cada diez (10) jóvenes conciben que la institución familiar se encuentra fuertemente intervenida por procesos de crisis y debilitamiento. 

En primer término, al comprender que la inmensa mayoría de los jóvenes perciben a la institución familiar sometida a un proceso de desintegración o de intensa debilidad, es ineludible el grave problema del deterioro global de las condiciones de vida. Dicho deterioro se manifiesta como una fuerza que además de restringir, disuelve aquellos agentes de integración social que tienen su principal asiento en el hogar. El empobrecimiento material de los hogares tanto en Venezuela, como en toda América Latina-ha elevado considerablemente el número de mujeres en la condición de jefes de hogar, quedando, como es sabido, cada vez menos representada la figura del padre en el grupo familiar. Otro fenómeno que se observa es que la población juvenil, por estar en condición de obtener ingresos, deben separarse del hogar para ir al trabajo diariamente. Esto implica una disminución del tiempo compartido en el hogar y poca calidad en los intercambios entre los miembros de la familia. Se debe prestar especial atención al caso de las jóvenes mujeres que ni estudian, ni trabajan, quienes en número de, aproximadamente, 34% del total femenino de jóvenes se hallan prácticamente, “recluidas” en el hogar, estas jóvenes con frecuencia se encargan del cuidado de los niños y/o de los ancianos residentes. Se resalta esta circunstancia puesto que su vínculo con la familia parece ser de carácter forzado, lo cual generaría, más que participación familiar, un definitivo aislamiento.

Puede apreciarse entonces que, la vida en el medio familiar y las correspondientes relaciones entre los miembros del hogar, se encuentran fuertemente contrariada por la necesidad de lograr ingresos. Además se carece tanto del tiempo para el fomento y fortalecimiento de la relaciones familiares, como con la distribución y desempeño armónico de los roles que les toca asumir. Una segunda línea de identificación de la causas a las cuales atribuir la postura crítica de los jóvenes sobre la perdurabilidad de la institución familiar, la aporta el hecho de que más de un tercio (35.0% / 1.411.450) de la actual juventud no fue, efectivamente  criado en hogares integrados. Su infancia, hasta antes de cumplir 15 años, tuvo lugar en ausencia de uno o ambos padres. Por esta vía, podrían encontrarse importantes elementos para le establecimiento de la hipótesis que concibe la evaluación negativa que hacen los jóvenes sobre el porvenir de la institución familiar, como la expresión de la débil armonía conyugal entre los padres en sus propios hogares.

Al entrar en la consideración de aspectos de decisiva influencie en el modo como transcurre la cotidianidad de los jóvenes en el señor del hogar, se abre una valiosa línea de interpretación en torno a los juicios que ellos construyen acerca de la Familia. En este sentido, JUVENECEN orientó su indagación hacia el plano de la inadvertidamente y de los niveles de comunicación entre los jóvenes y los adultos- en particular entre los padres o personas responsables de su crianza- sobre algunos tópicos de central interés en el mundo de las representaciones juveniles. Independientemente de las diferencias podrían estar vinculadas a la construcción del generalizado juicio, entre los jóvenes, en torno a la crisis y debilidad de la Familia como institución. en efecto, aparecen indicios reveladores de un esquema de comunicación familiarmente poco fluido y, en ocasiones, hasta contrariado, por los desacuerdos dado que, ante temáticas tan universales como la política, la sexualidad y las diversiones, se constata ente los jóvenes y los adultos una gran dificultad en su tratamiento.

En temas y cuestiones de política, cerca de dos millones y medio de jóvenes (2.487.054 / 61.8%) constituye la cifra compuesta, tanto por aquellos que manifestaron estar en desacuerdo, como por los que ni siquiera tienen oportunidad de abordarlos ni de intercambiar opiniones con los adultos responsables del hogar, en virtud de que dicha temática mantiene clausuradas sus posibilidades de diálogo o abordaje. Esta misma circunstancia, de abundante desacuerdo y/o incomunicación, se verifica ante temas como las diversiones y el modo de emplear el tiempo libre para 1.371.358(34.1%) jóvenes. De igual forma, ante el tema de la sexualidad y las relaciones sexuales, 2.662.202 (66.1%) jóvenes, plantearon serias dificultades de comunicación con sus padres o adultos responsables del hogar de origen. Puede apreciarse entonces, tanto la divergencia como la ausencia de tratamiento de estos temas en un importante número de jóvenes. A través de estas amplias zonas de disenso y hasta silencia internacionalizar  se comprueba la existencia de obstáculos y dificultades en la comunicación que tiene lugar en el medio familiar. Por lo tanto, la situación de la familia, afectadas por problemas como éste de la débil comunicación en el hogar, podría estar generando juicios y valoraciones negativas sobre la institución familiar en la conformación de la personalidad del joven.

Confirmando esta argumentación analítica, desarrollada para la comprensión de los resultados que arrojó JUVENECEN al examinar el modo en el que jóvenes construyen el generalizado juicio crítico sobre la familia como institución, aparecen el conjunto de fenómenos que, en su opinión, se constituyen en los principales problemas y adversidades que estarían operando en el seno de dicha institución. Efectivamente, más de un tercio (35.6% / 1.431.999) de la población juvenil, expresó que la principal dificultad que estaría afectando a la institución familiar la constituye la problemática económica. Seguidamente, aparece el grupo de jóvenes que, en un monto próximo a un tercio (37.7% / 1.277.552) de la población juvenil, atribuyó el proceso de debilitamiento y crisis de la institución familiar, a las malas relaciones entre padres e hijos, con lo cual se estaría comprobando la existencia de un esquema precario en el modo cómo se establece la inadvertidamente y la comunicación entre ellos y los adultos responsables del hogar. Por su parte, el 23.0% (9.24142) de jóvenes indicó que el deterioro y crisis de la institución familiar estaría obedeciendo a los problemas que surgen entre los padres. Si a este grupo se agrega la percepción que tiene una porción de los jóvenes sobre el peso de las relaciones extra maritales como fuente de problemas representada por el 35% (141.919) la desintegración en la familia de origen, se estaría confirmando explícita mente, para más de un millón de jóvenes (1.066.060 / 26.5%).

Se puede, entonces, concluir que existe una relación directa entre los procesos que en la realidad estarían atentando contra el presente y el porvenir de la institución familiar- empobrecimiento material, disolución del vínculo parental y obstáculos en la comunicación, principalmente- y las representaciones que los jóvenes elaboran sobre esta institución –opiniones, juicios de valor, ideas- y en las cuales juzgan negativamente su vigencia y proyección. Al considerar los aspectos subjetivos sobre la institución familiar que se configuran en la conciencia juvenil y habiendo constatado la existencia de imágenes y valoraciones en las cuales ésta aparece, para una gran mayoría de ellos, con signos de fuerte debilidad y reveladoras del distanciamiento internacionalizar  se observa, sin embargo, la considerable influencia que tiene el hogar de origen sobre los jóvenes, como referente para la constitución de familia propia o independiente.

Más de tres cuartas partes de los jóvenes 76.5% (3.080.297) respondieron afirmativamente su deseo de reproducir en el hogar que funden o que ya hayan fundado el clima o medio interno que caracterizó o ha caracterizado la vida familiar en su hogar de origen. Esta cifra que expresa un monto mayoritario de jóvenes dispuestos a reproducir el clima hogareño, al ser contrastada con el 80% que juzga negativamente a la institución familiar, pareciera estar planteando una situación paradójica en el plano de la subjetividad juvenil. Tal situación podría estar obedeciendo a una doble circunstancia. Por una parte, el carácter insustituible que la familia aún posee en los procesos de canalización y de inserción primaria a la vida colectiva y, por la otra, el carácter orientador que adoptan las vivencias familiares en el momento de hacer frente a la constitución de familia propia, independientemente, a la variedad de factores adversos y críticos que pudieran estarla afectando.

Sin embargo, no deja de llamar la atención que más de una quinta parte (21.8% /875.744) de la actual generación juvenil, no desea reproducir el medio interno que caracterizó al hogar donde se criaron. Esta cifra, de un monto significativo, guarda correspondencia directa con las tendencias hacia la desintegración familiar que han podido observarse en un importante grupo de jóvenes. Ahora bien, en la continuación del examen de la relación entre los jóvenes y el mundo de la familia y habiendo observado algunos aspectos de significativa relevancia ubicados en su estructura simbólica, resulta oportuno orientar la atención hacia el tratamiento de la situación familiar objetiva en que se encuentra la actual generación juvenil.

Conviene recordar la considerable importancia que, junto a las dinámicas familiares, poseen variables como la Educación y el Empleo en el proceso de tránsito juvenil hacia la vida adulta, especialmente, si de lo que se trata es de aseguren su inserción plena a la vida social. En este sentido, y tal como se ha venido señalando, cabría suponer que los jóvenes luego de adquirir una adecuada formación educativa y de asegurar, por esa vía, su integración al mundo del empleo, estarían en capacidad de adquirir niveles crecientes de autonomía con la cual avanzar hacia la adopción de un estatus independiente que asegure la conformación de hogar o familia propia. Sin embargo, el panorama que ha podido de hogar o familia propia. Sin embargo, el panorama que ha podido configurarse a la luz de los resultados de JUVENECEN revela notables diferencias y hasta contrastes, entres estos supuestos normativos concebidos para la juventud y la situación real en la que se encuentran.

Aún cuando el desempeño laboral influye significativamente en los jóvenes y se le impone con muy pocas posibilidades de aerostación  éste no le da la autonomía necesaria para lograr el adecuado camino a la adustez  ni para adoptar prácticas que lo lleven a la creación de una familia independiente. En consecuencia, la situación, la situación de dependencia se verifica para un monto cercano a un 80% (79.0% /3.180.368) de los jóvenes, de los cuales más de dos terceras partes (63.6% de los dependientes) se encuentran ante el contraste que representa la objetiva imposibilidad de autonomía y la explícita aspiración de alcanzarla. Por otra parte, aunque se identifica como tendencia mayoritaria el grupo de jóvenes que nunca han estado casados o unidos, situado en 74.7% (3.006.437) se constata igualmente que el 25.3% (1.016.590) se encuentra o ha estado viviendo en situación de pareja. Interesa, sin embargo, centrar la atención en la cifra que reveló la situación de pareja. Interesa, sin embargo, centrar la atención en la cifra que reveló la situación específica de quienes actualmente viven con pareja, (22.5% / 904.621), esto es casados o unidos. Este indicador, generalmente asociado a la automatización y a la creación de hogar propio, se presenta en una proporción mayor que el de la independencia real, revelada sólo por el 20.5%.

Hay lugar entonces para suponer que del mismo modo como no existen equivalencias entre la actividad laboral y la autonomía requerida para la conformación familia propia, tampoco la condición de pareja se constituye en factor asociado a la independencia del hogar de origen. En refuerzo de esta afirmación, referida a la no correspondencia entre la condición de independencia del hogar de origen y la situación conyugal, procede fijar la atención en las edades en las cuales los jóvenes venezolanos han iniciado su vida en pareja. Efectivamente, el 55.8% (568.766) del grupo de jóvenes que tienen o han tenido pareja, ha iniciado dicha experiencia conyugal antes de cumplir 19 años. Esta temprana y hasta prematura iniciación de la vida en pareja, ratifica que la situación conyugal no está asociada a la independencia del hogar de origen. Esto se asume puesto que, obviamente, resulta poco frecuente que un joven venezolano pueda disponer de los recursos materiales, psicoanalices y jurídicos requeridos para el logro de la autonomía personal. 

Ante tal problemática es necesario, urgente y inaudible la participación de todos los entes sociales en delinear programas educativos que conlleven a la información y formación de la juventud y sociedad en general para poder así hacerles sentir la necesidad de la formación y educación del tema en el que el gobierno y sociedad sean consientes de la utilidad formativa para poder así tener una sociedad responsable.

Deterioro de sus condiciones de vida y las desventajas laborales que sufren pueden hacerse tres consideraciones. En primer término, la reducción y hasta desaparición del joven como sujeto de derecho. En segundo lugar, la existencia de una situación de la que puede esperarse la prolongación forzada de la etapa juvenil en situación de dependencia de los adultos, más allá de los años normativa mente establecidos. Y, por último, como consecuencia de lo anterior, un incremento de la problemática social que aqueja a los jóvenes, con respecto a otros grupos de población. 




domingo, 28 de abril de 2013


Desintegración Familiar

La desintegración familiar proviene de muchos factores; la misma pobreza hace que los padres tal vez emigren a otros países después de tanto tiempo puede que los padres; tanto el padre como la madre engañan a su pareja y a la vez engañando parte de una  familia.
Formas de desintegración
Existen diversos tipos de desintegración, los cuales se muestran en los puntos siguientes:

  • Abandono: Se da cuando alguno de los padres decide dejar el hogar, debido a que no se siente feliz y tiene otras expectativas en la vida, o porque el ambiente está muy tenso, predomina la discordia y no hay armonía, por lo cual no pueden seguir juntos y tampoco por el supuesto bien de los hijos, ya que los daña mucho más.
Divorcio: Se ha definido como el vínculo familiar que se rompe entre la pareja,ya sea por decisión de alguno de ellos o por común acuerdo; para divorciarse se deben presentar ante las autoridades de Registro Civil, encargadas de dictaminar en que término se disolverá la unión y los derechos u obligaciones que cada uno de los padres tendrá con los hijos, si hubiese. 

 
  • Abandono involuntario: Se da cuando alguno de los padres, por enfermedades  muerte deja el hogar, es decir no es deseado y es inevitable. Los efectos causados en los niños por este tipo de desintegración son diferentes a los delas otras formas; en los hijos varones de seis a nueve os de edad lmuerte de su padre se le crea unas pecto negativo mayor, pero dmenor intensidad comparados a los del divorcio o el abandono. 

  •  Desintegración familiar estando la familia junta: Estos casos se caracterizan por las relaciones conflictivas que establecen sus miembros, dando origen are celos, temores y fricciones permanentes. Frecuentemente ese tipo de familias son incapaces de planear y realizar tareas, y resolver lo problemas juntos; expresan conflictos extremos que no tienen la habilidad de comunicarse con el resto de la familia, lo cual priva al niño de un ambienta armonioso y estable, brindándole un atmósfera hostil que obstaculizará su crecimiento psicológico.   
 
Desintegracion Familiar en Guatemala

La desintegración familiar, es un factor social que afecta cada día más a las familias guatemaltecas; porque en la actualidad se ve marcado el porcentaje de hogares desintegrados, que va incrementando cada año.
Los datos estadísticos del Registro Civil de Guatemala, determinan que existe un aumento de divorcios de más de cien actas cada año.

En la sociedad guatemalteca en los últimos años, ha aumentado enormemente la tasa de divorcios, la unidad de la familia se ve amenazada cada vez más, ya que son muchos los hogares que se ven afectados por este problema que afecta a la familia y principalmente a los hijos.
La desintegración familiar es un problema que no sólo afecta a la familia sino también a toda la sociedad, ya que cuando una familia se desintegra se pierde la armonía familiar, los padres buscan la manera de culpar a alguien por la separación; y generalmente son los hijos los que se ven más afectados.

La desintegración familiar es el rompimiento de la unidad familiar, lo que significa que uno o más miembros dejan de desempeñar adecuadamente sus obligaciones o deberes.
Lamentablemente existen un gran número de factores para que los padres de familia y la misma familia se desintegren, tales como la migración a la ciudad, los divorcios, las adicciones y los problemas económicos, entre muchos otros factores.
La violencia familiar, tiene entre sus manifestaciones más visibles y aberrantes el castigo físico y el abuso sexual, pero también tiene formas más sutiles, como el maltrato psicológico, el rechazo, el aislamiento y el abandono, "estas no dejan marca material, pero su impacto es muy fuerte y duradero para quienes lo padecen".


La des organización familiar constituye una modalidad de desintegración  la cual es el rompimiento de la unidad o la quiebra en los roles de sus integrantes, por su incapacidad de desempeñarlos en forma consiente y obligatoria. Una desintegración familiar es el producto del quebrantamiento de la unidad familiar y/o la insatisfacción de las necesidades primarias que requiera que requieren sus miembros. 
Las formas de desintegración
Existen diversos tipos de desintegración, los cuales se muestran en los puntos siguientes:
  • Abandono:  Se da cuando alguno de los padres decide dejar el hogar, debido a que no se siente feliz y tiene otras expectativas en la vida, o porque el ambiente está muy tenso, predomina la discordia y no hay armonía, por lo cual no pueden seguir juntos y tampoco por el supuesto bien de los hijos, ya que los daña mucho más.
  • Divorcio: Se ha definido como el vínculo familiar que se rompe entre la pareja, ya sea por decisión de alguno de ellos o por común acuerdo; para divorciarse se deben presentar ante las autoridades de Registro Civil, encargadas de dictaminar en que término se disolverá la unión y los derechos u obligaciones que cada uno de los padres tendrá con los hijos, si hubiese.
  • Abandono involuntario: Se da cuando alguno de los padres, por enfermedad o muerte deja el hogar, es decir, no es deseado y es inevitable.
    Los efectos causados en los niños por este tipo de desintegración son diferentes a los de las otras formas; en los hijos varones de seis a nueve años de edad la muerte de su padre se le crea un aspecto negativo mayor, pero de menor intensidad comparados a los del divorcio o el abandono.
  • Desintegración familiar estando la familia junta: Estos casos se caracterizan por las relaciones conflictivas que establecen sus miembros, dando origen a recelos, temores y fricciones permanentes. Frecuentemente ese tipo de familias son incapaces de planear y realizar tareas, y resolver lo problemas juntos; expresan conflictos extremos que no tienen la habilidad de comunicarse con el resto de la familia, lo cual priva al niño de un ambienta armonioso y estable, brindándole un atmósfera hostil que obstaculizará su crecimiento psicológico.
    En la actualidad resulta más fácil aceptar un divorcio que permanecer en un matrimonio infeliz, que sólo dañara la autoestima de los esposos y de los hijos.




jueves, 25 de abril de 2013


Traumas y Desintegración Familiar, Secuelas del femicidio




 Los huérfanos por femicidio sufren secuelas
de tipo psicológico, familiar y social.
(Foto Prensa Libre)
Aunque el índice de femicidio en Guatemala es uno de los más altos, el problema tiene repercusiones mayores que no terminan con la muerte de una mujer, las “víctimas colaterales”, principalmente los hijos, siguen sufriendo las consecuencias emocionales, económicas y sociales que conllevan la pérdida de la madre.
La experiencia de la Fundación Sobrevivientes les dice que los niños muchas veces son testigos presenciales de la muerte de su madre, lo que les causa serios síntomas de stress post traumático, depresión y arranques de ira.
“Sólo nosotros estamos atendiendo a un promedio de 250 niños que han quedado huérfanos como consecuencia de femicidio, pero a nivel nacional este problema es grave porque el Estado no tiene ningún programa para atenderlos”, señala Norma Cruz, directora de la Fundación Sobrevivientes.
De los casos de femicidio que la fundación acompaña para que se realice un juicio justo, las madres asesinadas dejan en la orfandad a entre tres y siete hijos.
Giovanna Lemus, de la Red de la No Violencia Contra la Mujer, explica que además del daño emocional, los niños sufren de forma drástica la desintegración familiar, ya que en la mayoría de casos, la madre es el sostén de la familia, y tras su muerte, los niños quedan a cargo de los abuelos maternos, tíos o tías.
El padre, que en muchos casos es el agresor, desaparece o está en la cárcel.
Hasta el pasado agosto se habían reportado al menos 300 casos de femicidio, de los cuales 155 fueron producto de la violencia intrafamiliar, y del total de las muertes de mujeres (443, cifra que incluye los fallecimientos que no tipificados como femicidio) 161 tuvieron como escena del crimen el seno del hogar.
“Los niños han sido testigos de la muerte de su propia madre y ellos no saben cómo interpretar eso” se lamenta Cruz, quien señala que muchos de ellos caen en una profunda depresión que los mantiene en cama durante largos periodos.
Secuelas sociales
El trauma de los infantes es abonado con la estigmatización de que son objeto por parte de la sociedad ya que por lo general, la gente cree que si una mujer muere, fue porque estaba involucrada en alguna actividad ilícita, o porque eran prostitutas o drogadictas, explica Cruz y el rumor se extiende por la escuela a la que asisten los huérfanos, lo cual acrecienta el daño emocional.
Hilda Morales, también de la Red de la No Violencia Contra la Mujer, reclama que no hay ninguna institución del Estado que se haga cargo de este tema y que cada vez se hace más grande el problema, el cual se mantiene invisible. “La inseguridad es responsabilidad del estado y en este caso por la inseguridad los niños y las niñas han quedado huérfanos”, dice Morales.
Alba Trejo, delegada de la Presidencia para el tema del femicidio, asegura que el Gobierno está preocupado por estos niños y está concensuando con los grupos pro derechos de la mujer para ejecutar políticas que contribuyan a disminuir los índices de femicidio y violencia intrafamiliar, y entre los proyectos que promueve su oficina está el de atender a las víctimas colaterales de estos crímenes.





















Violencia Familiarmente

a violencia familiarmente es toda acción u omisión protagonizada por los miembros que conforman el grupo familiar, este puede ser por afinidad, sangre o afiliación y que transforma en agresores las relaciones entre ellos causando daño físico, psicológico, sexual, económico o social a uno o varios de ellos.
La violencia familiarmente afecta el buen comportamiento de las personas que integran la familia hacia el interior y exterior del hogar, tomando actitudes que pueden manifestarse de diversas formas, unas veces las personas se aíslan de las demás e inician una forma de adormecimiento mental que puede llevar hasta la locura, en otras ocasiones trasmiten esa agresividad o maltrato del hogar hacia las demás personas que integran su núcleo social.





Formas de Desintegración Familiar

AbandonoDivorcio
Abandono involuntario

Desintegración familiar estando la familia junta




Factores que ocasionan la Desintegración Familiar

MachismoAdicciones
Emigración
Religión
Situación económica

Falta de comunicación
Enfermedades incurables
Defunción
Medios masivos de comucación























Consecuencias de la Desintegración Familiar

Divorcio
Baja autoestima
Prostitución
Alcoholismo
Lejanía de los padres

Problemas de integración social
Problemas psicológicos
Depresión
Fracasos escolares

























La Desintegración social como problema social
La desintegración es un problema social en la medida en que no puede desempeñar su finalidad y crea un desequilibrio en sus interrelaciones con las demás estructuras sociales.